lunes, 4 de junio de 2012

UN DÍA EN LA VIDA DE ZAIRA OCHOA…






Boletín de Prensa 52/12
Huatusco, Ver., a 4 de junio  de 2012.


ü  La candidata a diputada federal se levanta a las 6 de la mañana para trabajar  más de 15 horas al día.
ü  Camina hasta 10 kilómetros diario para tener contacto personal con la ciudadanía.
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Suena el despertador de la candidata a diputada federal, Zaira Ochoa Valdivia, como cada día a las 6:00 horas. No obstante, despierta   con ánimo; su pasión, la política, hace que se cargue de energía y un buen baño provoca que el vigor  fluya para que en unos cuantos minutos esté lista para sus actividades habituales.

Despide a sus hijos cuando el tiempo se lo permite. El niño y la niña  prefieren llegar media hora anticipada - el reglamento escolar señala  las 08:00 horas de entrada - . Un beso y la bendición son obligados antes de que los menores vayan a la escuela.

Apenas si da tiempo para que Zaira tome un licuado. El personal que la apoya  se encuentra listo para salir con ella. Un estricto itinerario los obliga a ser más que puntuales. La madre de familia, la esposa, y ahora, la candidata sale al nuevo punto de su gira de trabajo proselitista.

En el trayecto se entera de las noticias, del panorama electoral nacional, del estado y del distrito 13 que le corresponde. Escucha con atención los comentarios de la campaña en la que está inmersa, labor que implica 15 horas o más de trabajo al día.

Al momento se le ocurre un cúmulo de ideas que forman parte de su proyecto de trabajo, gira instrucciones, reconsidera, hace anotaciones, etcétera.
Reflexiona en voz alta y recuerda  su proyecto político, que representa para ella un compromiso con la ciudadanía, a quien le recuerda que sus prioridades son el empleo, la salud, el campo y la educación. Rubros que no pierde de vista porque afirma que “desde el Congreso impulsaré y gestionaré las leyes que beneficien a los veracruzanos, a mi gente”.

El intenso sol y el largo trayecto para ir a comunidades alejadas del distrito 13, parecen minar las fuerzas pero no es así. Desciende del vehículo  que la transporta a ella y sus cercanos colaboradores para llegar al primer punto del recorrido.

 Muchas personas se enteran de su presencia y salen de inmediato de sus casas. Los lugareños reciben a Zaira con sonrisas y hasta con aplausos.

Con su gorra roja para protegerse de los rayos del sol, nuestra candidata  inicia la caminata por terracería, la mayor de las veces, por lo que el uso de tenis es lo mejor.

Casa por casa visita a las familias, toca la puerta y el diálogo empieza. La señora Metódia García Reyes, avecindada en la comunidad de Mata Oscura. Le explica  sus problemas y le hace notar que los servicios municipales son deficientes, en algunos casos nulos, lo que complica aún más su situación.

Vuelve a tocar en la otra vivienda, luego en otra y en otra más hasta llegar a un número indeterminado. No obstante el sofocante calor del mediodía, las actividades siguen su curso para después organizar una reunión con un grupo de señoras de la comunidad.

Su buen humor no disminuye, su sonrisa está a flor de piel, charla con los niños que la rodean. Juanito le bromea, le acerca un alacrán de juguete y Zaira Ochoa parece asustarse; los dos festejan el momento.

Sigue con su actividad proselitista, son las 3 de la tarde y todavía faltan muchas casas por visitar. La hora de la comida parece que ya se olvidó, aunque sus colaboradores en esta ocasión llevaron pambacitos que les saben a delicia, ya que el caminar intenso les provocaría aún mayor apetito.

Para esa hora bebió unos dos litros de agua para evitar la deshidratación o insolación. Su tez  adquirió un tono más intenso por las muchas horas bajo el sol.



Una buena dosis de fruta picada o verdura cocida es reconfortante para la ardua actividad que realiza Zaira.

También se da el caso de que la inviten a comer, como ocurrió con una familia de la colonia Los Pinos, en Totutla. Los tradicionales tamalitos de Cozamalo y un sabroso mole casero hicieron la delicia de Zaira y su equipo de trabajo. Resultó un verdadero manjar, pues el atole de zarzamora estaba igualmente exquisito.

Cayó la tarde, todavía no se cumplía con la agenda, así que había que seguir con la tarea; sin embargo, Zaira, como le llaman cariñosamente, parecía no desanimarse, al contrario, hace gala de su magnífica condición física que sus colaboradores, al igual jóvenes, le envidian.

Al concluir con el último punto de la jornada, la aspirante a diputada federal platica con un grupo de mujeres; les imprime ánimo y les hace renacer la esperanza a las amas de casa que tienen problemas, tienen la certeza que Zaira les ayudará.

“Claro que votaremos por usted; nos da confianza y creemos en su sinceridad y, sobre todo, de que va a cumplir”, dice el Profesor Alfredo Martínez Moreno, de la comunidad de El Santuario.

Zaira con franca sonrisa,  les expone sus proyectos de trabajo, tales como el apoyo para capacitarlas, a fin de que puedan tener un empleo digno y bien remunerado, entre otras cosas más. La reunión se prolonga una hora más de lo programado, así que la salida se retrasa.

La llegada a Huatusco ese día fue a las 10 de la noche; se trasladó a la casa de campaña en donde, personalmente, se puso a organizar material de propaganda y a dar instrucciones para el día siguiente.

Mañana,  será otro día…

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