jueves, 17 de junio de 2010

URGENTE CREAR UN NÚMERO NACIONAL DE TRES DÍGITOS PARA ATENDER A NIÑAS Y NIÑOS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN.

A fin de combatir la violencia y discriminación infantil, la diputada federal panista María Joann Novoa Mossberger exhortó mediante un punto de acuerdo presentado ante la Comisión Permanente , al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, al Instituto Nacional de las Mujeres y al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, para que con apoyo de los órganos que considere pertinentes, cree el Protocolo Nacional de Atención vía telefónica para Crisis por Violencia y/o Discriminación hacia la niñez, así como, un número nacional único de tres dígitos para atender a niñas y niños víctimas de violencia y/o discriminación.



Asimismo, exhortó a todas las entidades federativas para que integren en sus planes y programas de trabajo el fortalecimiento y la creación de centros especializados de atención a la violencia y discriminación contra la niñez.



La legisladora por Acción Nacional aseveró que es urgente abrir espacios para la recepción de denuncias de casos de maltrato infantil, a fin de que permita a las instancias correspondientes conocer con precisión la magnitud de la problemática y partir de ello generar políticas públicas conducentes.



“Habrá que involucrar de manera prioritaria a niñas y niños como denunciantes y hacer realidad lo que ellas y ellos han planteado a lo largo de los parlamentos infantiles que se han llevado a cabo en nuestro país y otros espacios abiertos a la participación de la niñez: que existan los canales a través de los cuales sus voces puedan ser escuchadas sin que se les obligue a estar en compañía de una persona adulta”, señaló Novoa Mossberger.



La Diputada panista informó que según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas se identifican cinco espacios en que de manera prioritaria se violenta a niñas y niños: el hogar y la familia; las escuelas y los entornos educativos; las entidades asistenciales y judiciales; el lugar de trabajo y la comunidad.



Reconociendo que los hechos violentos a que la niñez sometida son inesperados y aislados, sustenta que en su mayoría los llevan a cabo personas que conocen y en las que deberían poder confiar: progenitores, compañeros de escuela, familiares y tutores.

Asimismo, el documento establece que la violencia contra la infancia se da tanto a nivel físico como psicológico, a manera de insultos y humillaciones, discriminación, abandono y malos tratos.



Además, reconoce que aunque las consecuencias pueden variar según la naturaleza y gravedad de la violencia infligida, las repercusiones a corto y largo plazo para los niños y niñas y para el conjunto de la sociedad, suelen ser graves y perjudiciales.



En particular, en este como en otros documentos, se hace evidente que la violencia hacia la niñez es poco atendida. “Se considera que esto se debe en gran medida a la legitimación social del castigo físico y del maltrato emocional como parte de nuestra cultura de control o corrección, siendo formas aceptables de educación infantil”, aseguró la también Presidenta de la Comisión Especial para la Niñez.

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