lunes, 26 de marzo de 2012
INICIO DE LA INDEPENDENCIA EN HUATUSCO, VER
POR Lic. Miguel Ángel Flores Rodríguez.
El día 26 de marzo del presente año es una fecha muy significativa para la historia de Huatusco, pues el 26 de marzo pero del año 1812 fue cuando se inició la independencia en esta ciudad.
Los primeros datos fehacientes sobre la independencia en Huatusco se deben al padre José Francisco Campomanes quien había llegado a este lugar recientemente y escribió un libro: “historia de la revolución para la independencia de México en San Antonio Huatusco, 1826”
Previo al día 26 de marzo de 1812, día en que se inicia el movimiento aquí en Huatusco el cura de Quimixtlan, José Mariano Rosado, comunicaba al teniente don Manuel Hernández que ya desde el día primero deambulaban entre Chichiquila y Chilchotla entre 100 y 500 hombres, que su campamento lo tenían establecido en Xacaxomulco y que contaban con un armamento compuesto de 2 cañones, 50 lanzas, y escopetas, fusiles, pistolas y machetes sin precisar su numero.
Que habían asaltado, en Quimixtlan, la cárcel y se habían llevado las armas y los caballos pero que no habían ocurrido homicidios ni cosas que llamasen la atención y ojo, que de Coscomatepec y Huatusco estaban presentándose los americanos (así llamaban a los mexicanos) porque los estaban obligando a enlistarse como patriotas (ejercito al servicio del rey).
Dice el padre Campomanes que aquella madrugada del día 26 de marzo de 1812 que correspondía ya al jueves de la semana santa, el cuartel de los soldados del rey fue atacado por un grupo de insurgentes encabezados por Jacinto Roque, al parecer solo iban armados con lanzas y machetes, los realistas empezaron a disparar hacia la oscuridad y lograron herir a dos insurgentes los cuales se quedaron tirados en la calle, al amanecer fueron recogidos por los soldados, uno de ellos ya estaba muerto, el otro moribundo fue arcabuceado (fusilado).
Los cuerpos de ambos insurgentes fueron colgados a ambas entradas de la ciudad para que sirvieran de escarmiento, aunque eso no detuvo el ímpetu de la insurgencia.
En esta iglesia parroquial de san Antonio Huatusco, en treinta de marzo de mil ochocientos doce, yo el teniente de cura don francisco Álvarez , di sepultura eclesiástica al cuerpo de un indio que se dijo ser del pueblo de Calcahualco doctrina de Coscomatepec a quien antes le levante la ex comunión ad cautelam según lo previenen los sagrados cánones, no se le ministro sacramento alguno por lo repentino de su muerte que fue en el ataque que dieron los insurgentes que comanda Jacinto Roque el día 26 del que acaba y para que conste lo firme.
Francisco Álvarez. , este fue uno de los hombres que atacaron el cuartel de los realistas aquella mañana del 26 de marzo de 1812, seguramente fue uno de los que se acuartelaban en Chilchotla y que henchidos de valor siguieron a Jacinto Roque para atacar a los soldados del rey. quiso la suerte que una bala le alcanzara y le diera muerte aquella madrugada, su agonía no tuvo testigos, solo al amanecer encontraron su cuerpo y con la crueldad propia de los españoles, sin respeto por un cadáver, fue colgado y expuesto en una de las entradas de la población. cuatro días estuvo ahí hasta que el día 30, ya en pleno estado de putrefacción fue descolgado y como dice el acta del padre Álvarez, se le dio sepultura eclesiástica. su nombre quedo en el anonimato, jamás sabremos como se llamo, solo se supo que era de Calcahualco.
El otro hombre que murió aquel día solo quedo herido en la escaramuza de aquella madrugada, pero imposibilitado por sus heridas para escapar e ignorado por sus compañeros quienes le abandonaron creyéndole muerto, fue encontrado agonizante al despuntar el día, su suerte al final fue la misma solo que su sufrimiento fue mayor.
Este admirable guerrillero se llamo Agustín de la rosa, tomado prisionero fue sometido a interrogatorio por los oficiales realistas y sentenciado a ser pasado por las armas, recibió los auxilios espirituales de la iglesia pues solicito ser confesado, manifestó ser soltero y originario de Tlaltengo, como no tenia bienes nada se le confisco. Después de su confesión fue solicitado nuevamente por los soldados del rey quienes formaron pelotón para fusilamiento y con el arcabuz que era el arma de los soldados fue muerto. su cuerpo, igual que el anterior, fue colgado de uno de los arboles para escarmiento de la población, allí permaneció cuatro días hasta que el día 30 se le dio sepultura eclesiástica. Recordemos que en estas fechas todos los entierros se efectuaban en el atrio de la iglesia al que se denominaba camposanto.
En esta iglesia parroquial de san Antonio Huatusco en treinta de marzo de ochocientos doce, yo el teniente de cura don Francisco Álvarez dio sepultura eclesiástica al cuerpo de Agustín de la Rosa, arcabuceado en esta plaza el jueves santo por la mañana, después de haber sido herido mortalmente como a las cuatro de la misma en el ataque que dieron los insurgentes a este pueblo. fue auxiliado espiritualmente y su cuerpo colgado hasta esta fecha en uno de los arboles de esta población. Declaro ser soltero, mulato, originario y vecino de la ranchería de Tlaltengo jurisdicción de Coscomatepec, no tenía en que testar o mas bien bienes que debieren confiscársele: lo firme.
Así, con el sacrificio de estos dos insurgentes se inicio el movimiento de independencia en Huatusco, y ya no se detuvo.
En Huatusco se apoyo la independencia de principio a fin y durante este tiempo fue nombrado capital de la intendencia de Veracruz aunque tal vez el titulo mas honroso fue el de capital de la insurgencia. Manifiesta el padre Campomanes al final de su obra:
“la historia de Huatusco debe ocupar un principal lugar en la general de la revolución de México: todos los pueblos padecieron, unos por las tropas, otros por los insurgentes: unos fueron saqueados, otros incendiados; unos dieron sumas de dinero, otros víveres y patriotas; unos sufrieron la guerra al principio, otros al medio y al fin; pero Huatusco , debe inmortalizarse su nombre: todo lo abrazo, todo lo sufrió, todo padeció desde el año de 812 hasta el de 820 en que concluyo su primera etapa”.
Terminó señalando que aquel inicio de la independencia en 1812 coincidía fatalmente con la semana santa, que el día del sacrificio de estos insurgentes fue un jueves santo y que sus cuerpos permanecieron colgados en las entradas de la ciudad hasta el domingo de resurrección en que fueron descolgados y sepultados.
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