viernes, 17 de septiembre de 2010

EL BICENTENARIO Y SUS DESAFIOS


La remembranza del grito de Dolores, los recuerdos de la lucha insurgente, de Hidalgo, Aldama, Allende, Abasolo, Morelos, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, y otros tantos héroes, anónimos y reconocidos, representan el acercamiento más nítido de las familias mexicanas con una expresión del patriotismo, con el sentimiento, con el orgullo y la pasión por la tierra que nos vio nacer.



Florecen las banderas tricolor, se canta el himno, se escuchan las matracas, se ven los sombreros y sobre todo emerger la mexicanidad en su expresión festiva. Nos recuerda el origen y el destino, y como citaría alguna vez Carlos Fuentes, a diferencia de otros pueblos el nuestro, es uno con origen, es decir, con raíces culturales, sociales y antropológicas milenarias, que en estas fechas recordamos jubilosos.



En esta ocasión, el festejo es más que significativo, dos centurias del ¡Viva México! bajo el sonoro repique de campanas. Razón más que especial para reflexionar sobre nuestro pasado y porvenir, sobre nuestros grandes desafíos y pendientes nacionales.



La independencia es un motivo de regocijo y de alegría, sin embargo, debemos reconocer que es también momento oportuno para retomar las ideas libertarias, ideales de justicia, para rendir homenaje a nuestra bicentenaria nación, combatiendo los grandes problemas nacionales que de una u otra forma, nos atan y lamentablemente nos hacen retrazar el bienestar y la anhelada justicia social.



Hoy las familias mexicanas se enfrentan a nuevos retos sociales, los ingresos a los hogares se han visto seriamente afectados, la inseguridad no permite una verdadera calidad de vida, las cifras de jóvenes sin empleo alcanzaron niveles preocupantes, la desigualdad social y las adicciones se han incrementado seriamente.



La falta de reformas estructurales, pone hoy a México como la economía número 13, bajando dos lugares, estamos en el lugar 66 en competitividad, tenemos uno de los sistemas de explotación de petróleo más cerrados del mundo, las reservas se agotaran en 2019 de acuerdo con datos de PEMEX. El costo de la electricidad y las comunicaciones, son de las más caras del mundo. La recaudación fiscal esta por debajo de la media de Latinoamérica y existe una carga injusta para las clases menos favorecidas.



Es por ello que la mejor forma en que podemos rendirle tributo a México, es sí festejando y participando de la verbena popular, pero también hay que hacer de esa verbena una verbena laboral, de determinación y ganas de forjar una patria más ordenada y justa. Tenemos que trabajar duro por el país, primeramente estando convencidos que si no nos sumamos a un proyecto común nacional no será posible avanzar.



Desde la casa, las familias deben ser escuela de ciudadanía, y dentro de ellas hay que formar a nuestros hijos con valores como la honestidad, la solidaridad y la justicia. En la empresa generando empleo, cumpliendo con nuestras obligaciones fiscales y alentando el bienestar.



Y más aún, la clase política, debe anteponer el interés nacional sobre el partidista o de grupo. Urgen reformas estructurales serias y profundas que no se han logrado por falta de acuerdos en el Poder Legislativo, de nada servirán los festejos sin acuerdos nacionales serios. Es por ello que como políticos debemos sumarnos a la verbena que más vale, al patriotismo heroico, que significa acuerdos para hacer que el país sea competitivo, para abatir la pobreza y darles mejores oportunidades de desarrollo a las familias mexicanas, asumamos el reto de retomar las ideas de libertad de Hidalgo, combatiendo la trata de personas, que es la esclavitud moderna, asumamos el reto de las ideas de Morelos de la justicia social y la ley justa, generando los acuerdo para que la reformas estructurales salgan adelante



Esa será la mejor forma de rendirle homenaje al bicentenario en todos los rincones de esta gran nación, pues tal y como lo dijera Ignacio Allende: Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde nacen, los hombres y mujeres son finalmente el tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer a su pueblo y de enriquecer a su nación.

Que todo mexicano festeje y busque la grandeza con su trabajo, y así juntos, lograremos la grandeza de esta patria.


¡Viva México!

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