NIÑOS SIN TAUROMAQUIA
Maricarmen García Elías
La semana pasada comentábamos el alto grado de consciencia que ha tomado nuestra sociedad al aceptar los circos sin animales y existir cada vez más estados en el país que se han pronunciado a favor, por ejemplo Morelos el día de ayer y en puerta nuevos estados, incluso el próximo podría ser Veracruz dando la sorpresa el Gobernador que repentina pero acertadamente ha mostrado interés en el tema presentando también al Congreso del Estado, una iniciativa que se suma a la ya presentada en diciembre pasado por la izquierda representada en el poder legislativo y que al igual que la primera, contempla la prohibición de los circos con animales y la obligatoriedad de los reglamentos municipales, que se puede interpretar como un respaldo importante que contribuye, al menos en este punto (pues no deben excluirse los demás temas y animales que son sujetos de protección) , a una coincidencia de visión vanguardista .
Así, cuestiones que parecían imposibles de erradicar (la aprobación de un reglamento para proteger a los toros en las fiestas de la Candelaria) están siendo analizadas desde un punto ético y de sensibilidad política pues el tema se aborda en las agendas de los gobiernos en todos sus niveles escuchando a una ciudadanía que quiere avanzar a la modernidad anteponiendo la ética. Pues bien esta semana una noticia de suma importancia ha dado la vuelta al mundo, el Comité de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño recomendó a los países miembros que revisen si sus legislaciones sobre tauromaquia cumplen o no con la Convención de los Derechos del Niño.
El Comité, preocupado por la salud física y mental de los niños expuestos a la violencia del toreo, urge emprender investigaciones que determinen el impacto en la infancia del alcance de la violencia física y mental de la tauromaquia.
Este informe de la ONU para Portugal es sólo el principio. España también será examinada y se prevé una advertencia en la misma línea. La Fundación Franz Weber, que en Latinoamérica representa Leonardo Anselmi, logró este importante paso a través de diversos estudios y acciones, por ejemplo la campaña Infancia sin violencia y ha asesorado al Comité de los Derechos del Niño con respecto a la tauromaquia, asegurando que las condiciones de inseguridad en las que se realiza el trabajo de los niños toreros bastarían para declarar la tauromaquia culpable de contravención de la Declaración de los Derechos del Niño.
Aunque la observación de la ONU va dirigida a Portugal, para Vera Weber, vicepresidenta de esta fundación en defensa de los animales, "el mismo principio rige desde hoy para todos los otros Estados, pues la convención tiene como objetivo ofrecer los mismos derechos a todos, y esto se aplica a todos los niños".
En Portugal, en las escuelas, lecciones o eventos taurinos en que participan niños, estos tienen que herir violentamente a los toros con elementos cortopunzantes y agarrarse al animal sin protección hasta dominarlo, siendo muchas veces víctimas de accidentes.
En España existen 43 escuelas taurinas. La mayoría de ellas (21) están en Andalucía. Siete hay en Castilla-La Mancha, cuatro en Valencia y otras cuatro en Madrid. El resto están salpicadas por la geografía de la península: dos en Murcia, dos en Castilla y León, una en Cataluña, una en Cantabria y una en Extremadura.
Una de las cuatro de Madrid, la Escuela Marcial Lalanda, es de titularidad pública. El Ayuntamiento le va a destinar este año 61.200 euros. La escuela informa que, aunque en otros tiempos llegaron a tener hasta 100, este año son 49 los alumnos matriculados –entre ellos, sólo dos son mujeres– y que su normativa reduce la edad para inscribirse a los mayores de 12 años cumplidos y los menores de 18 (sin cumplir).
"Un niño torero es un trabajador, ya que recibe un dinero pactado con anterioridad para participar del espectáculo, sólo que estos contratos son pactados entre empresarios y apoderados sin que el niño participe de este tipo de negociaciones. Para el mundo taurino, el niño está preparado para enfrentarse a la muerte o para matar, pero no para decidir por cuánto dinero quiere hacerlo", explica la Fundación Franz Weber en su campaña.
"Esto nos da la referencia –precisan– de que estamos hablando de una forma de explotación infantil, muchas veces por parte de sus propias familias, ya que en la gran mayoría de los casos son los padres quienes cumplen las funciones de representante o apoderado del niño torero".
El otro objetivo de la ONU es que los menores no sufran violencia como espectadores, lo que incluye la asistencia a las plazas y la televisión. Durante el debate el pasado octubre en la Comisión de Cultura del Congreso de la proposición de ley para regular la tauromaquia como patrimonio cultural, Chesús Yuste, diputado de Izquierda Plural, propuso impedir el acceso a los menores de edad a las plazas y la prohibición de emitir corridas en los medios audiovisuales públicos y privados durante el horario protegido para la infancia: "No es una película de ficción, es un acto cruel que está ocurriendo realmente", diría en aquel momento.
En el mismo tema, un estudio muy aludido, realizado en 2004 por psicólogos de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Swansea en Gales concluye que los mensajes verbales que acompañan la retransmisión de una corrida de toros tienen consecuencias significativas en la agresividad, la ansiedad y los niveles de impacto emocional de los niños y niñas de entre 8 y 12 años. Más entre los niños varones que entre las niñas. También, que los niños están más mediatizados por la interpretación cognitiva de lo que está sucediendo que por la espectacularización de la violencia y la crueldad.
El propio estudio recuerda que la carencia de un discurso público sobre el maltrato animal y de información en la escuela, la familia u otras fuentes, hace que los jóvenes espectadores se identifiquen fácilmente con el perpetrador de la violencia, por ello la importancia de esta recomendación emitida por la ONU, importancia que no es exclusiva para los animales sino para una sociedad que avanza a la modernidad de la mano de la ética y el respeto. gaem80@gmail.com
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