miércoles, 10 de octubre de 2012

QUE OPORTUNIDADES AMPLIÉ SU COBERTURA A NIÑOS Y JÓVENES QUE TRABAJAN EN LA CALLE: ULISES OCHOA VALDIVIA





Boletín de Prensa 184/12
Xalapa, Ver. A 10 de octubre de 2012

El Presidente de la Comisión de Educación y Secretario de la Comisión de Salud en el Congreso del Estado, diputado Ulises Ochoa Valdivia,  recordó que a pesar de que existen leyes que protegen a los niños, en México existen más de 7 millones de adolescentes que ni estudian ni trabajan. Son jóvenes que se encuentran en una especie de limbo existencial y que, desafortunadamente, son presa fácil de la delincuencia organizada, el narcotráfico y la violencia.

“Continúa la explotación infantil, niños que abandonan sus estudios por falta de recursos económicos, la prostitución infantil,  entre otras irregularidades, contamos con leyes de protección a los niños, sin embargo, carecemos de una cultura de denuncia y dejamos en la mayoría de los casos pasar por alto algunas de estas anomalías. A nivel nacional se ha hecho un exhorto al Estado mexicano para ratificar lo antes posible el Protocolo Facultativo referido a Comunicaciones de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobado en diciembre de 2011 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)” declaró.

El Diputado Local dijo que este instrumento permite a niñas, niños y adolescentes o a sus representantes denunciar abusos o violaciones a sus derechos ante una comisión internacional formada por especialistas. Tras comentar que este tipo de instrumentos colocan a los infantes en condiciones de igualdad jurídica frente a los mecanismos locales e internacionales. Ulises Ochoa Valdivia explicó que los otros dos Protocolos Facultativos a la Convención sobre los Derechos del Niño se refieren a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, así como a la participación de niños en los conflictos armados. Ambos se encuentran vigentes en México desde el 2002.

“Creo que las crisis económicas determinan de manera alarmante el crecimiento en el número de niñas y niños que viven y trabajan en la calle, que provienen de grupos familiares y de comunidades populares que no logran proporcionarles los satisfactores básicos y que –como resultado de una pobreza histórica–, no cuentan con herramientas fundamentales para la crianza y educación; por ello son comunes las historias de maltrato, desintegración y/o abandono, así que también es necesario que los programas federales asistenciales como oportunidades volteen los ojos y amplíen la cobertura a este sector tan marginado como son los niños y jóvenes que trabajan o viven en las calles” finalizó.

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