SAN FRANCISCO DE ASIS
MARICARMEN GARCÍA ELÍAS
San
Francisco de Asís es considerado el protector de los animales y
especialmente de los lobos, hoy 4 de octubre se celebra a este santo. Fue
un niño alegre aficionado a los juegos y cantos como cualquier otro
niño. Había nacido en una pequeña ciudad europea llamada Asís en 1182 y
allí vivió toda su infancia en compañía de sus padres. Su madre se
llamaba Pica y fue sumamente estimada por él durante toda su vida. Su
padre era Pedro Bernardone, un hombre muy admirador y amigo de Francia,
por la cual le puso el nombre de Francisco, que significa: "el pequeño
francesito". Disfrutó su juventud en compañía de sus amigos y con ellos
gastaba todo el dinero que ganaba trabajando en el mismo oficio de su
padre, el comercio. Su rol como iniciador del
medioambientalismo es sorprendentemente ignorado ya que se ha estudiado
más su viaje profundo en la fe.
Los
negocios y el estudio no le llamaban la atención, pero tenía la
cualidad de no negar un favor o una ayuda a un pobre siempre que pudiera
hacerlo. Durante la adolescencia de Francisco, Asís, su ciudad natal se
encontraba en guerra de liberación contra Alemania y por ello se
vinculo a la milicia como soldado. En la Batalla de Collestrada, cayo
prisionero, permaneciendo en la cárcel por un año; en este tiempo
enfermo gravemente y luego de su enfermedad volvió a Spoleto donde
decidió cambiar su forma de vida, luego de tener un sueño donde una voz
le decía: "¿Dime, a quien debes seguir, al amo o al siervo?
Posteriormente volvió a Asís y comenzó un periodo de soledad y oración
en busca del Señor.
Paseando
un día por el campo encontró a un leproso lleno de llagas y sintió un
gran asco hacia él. Pero sintió también una inspiración divina que le
decía que si no obramos contra nuestros instintos nunca seremos santos.
Entonces se acercó al leproso, y venciendo la espantosa repugnancia que
sentía, le besó las llagas. Desde que hizo ese acto heroico logró
conseguir de Dios una gran fuerza para dominar sus instintos y poder
sacrificarse siempre a favor de los demás. Desde aquel día empezó a
visitar a los enfermos en los hospitales y a los pobres. Y les regalaba
cuanto llevaba consigo.
Francisco
se dirigió a una arruinada iglesia llamada "San Damian" y una voz desde
el crucifijo le dijo: "Francisco, reconstruye mi Iglesia". Francisco
comenzó a vestir de túnica como los pobres y al ver esto once mas le
siguieron; unos se dedicaron a cuidar leprosos, otros a jornalear pero
sin recibir ningún dinero a cambio. Estos se llamaron a si mismos
Franciscanos que querían servir a los pobres, los oprimidos y los
incapaces.
Mientras
Francisco se encargó con sus seguidores de reparar algunas capillas de
su pueblo, entre ellas la de San Damian y la de la Porciuncula, muchos
fueron los que se unieron a su labor y Francisco con ellos, quiso
organizar una comunidad religiosa y pidió la aprobación al Papa
Inocencio II quien se la dio después de haber tenido un sueño donde vio
la Basílica de Letrán inclinada a punto de caerse y sostenida por un
frailecillo como Francisco.
Una
vez en Gubbio, toda la gente comentaba con pavor todos los desastres
que hacia un lobo y le rogaban a Francisco que no se le acercara. Este
no les hizo caso y se dirigió hacia el animal que se le abalanzó con sus
fauces abiertas. Pero Francisco hizo la señal de la cruz deteniéndole y
haciéndole cerrar su boca y le dijo: "Ven aquí hermano lobo. En nombre
de Cristo te prohíbo que en adelante hagas daño a nadie" El lobo fue a
echarse a los pies de Francisco y bajo la cabeza. Francisco le dijo:
"Hermano lobo, he sabido de los atroces crímenes que has cometido en
toda la comarca... por lo cual merecías justicia como el peor de los
asesinos y es muy natural que los habitantes de Gubbio te aborrezcan.
Quiero sin embargo reconciliarte con ellos."
El lobo en señal de aceptación de aquellas palabras le tendió su pata a San Francisco y se
convirtió en una de sus muchas mascotas que tuvo (conejos, aves,
perros, gatos, golondrinas, etc.). Después de esto los habitantes de
Gubbio se comprometieron a dar de comer al lobo. Desde entonces San
Francisco es considerado el patrono de los animales, ya que profesaba
por ellos un gran amor y protección, al igual que por las plantas y toda
la naturaleza, en especial, por el Hombre.
Francisco
de Asís sentía que Dios no crearía la maldad, por esta razón, todo a su
alrededor era bueno y por lo tanto debería ser tratado con cortesía,
amabilidad y generosidad, desde el gusano al cordero, la cigarra al
lobo. Quizás era porque los animales reconocían su sinceridad genuina
para con ellos que también se sentían tan atraídos hacia él.
Así
el 4 de octubre, feligreses del mundo entero tienen un día de fiestas
en honor al Santo Patrón de los Animales. En memoria del amor que el
santo sentía por todos los seres vivos, se acostumbra llevar a los
animales a la iglesia para la misa especial nombrada “Bendición de los
Animales”. Cada año, millones de animales reciben la bendición
sacerdotal en una ceremonia que conmueve los corazones de la mayoría de
los asistentes. Dicen que a San Francisco lo declaró santo el pueblo,
antes de que el Sumo Pontífice le concediera ese honor, y que si se hace
una votación entre los cristianos (aún entre los protestantes) todos
están de acuerdo en declarar que es un verdadero santo. Todos, aún los
no católicos, lo quieren y lo estiman. gaem80@gmail.com
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