jueves, 25 de octubre de 2012

EL 24 DE OCTUBRE DEL AÑO DE 1865, HUATUSCO PERDIÓ A UNO DE SUS HIJOS MÁS QUERIDOS: DON FRANCISCO MARRERO.



Lic. Miguel Ángel Flores Rodríguez.
Habíase cumplido apenas dos años de la famosa batalla de Camarón, donde habían sucumbido la mayoría de los soldados de la 3ª. Compañía del primer batallón del Regimiento Extranjero (Legión Extranjera) del ejército francés.
Sabedores ellos de que en tal enfrentamiento habían participado varios huatusqueños, no dejaban de hostigar esta zona y constantemente realizaban incursiones provocando el miedo a la población.
En el libro del Gral. M. Pennete y Cap. J. Castaingt denominado La Legión Extranjera en la Intervención Francesa, queda constancia de lo que expresaba un soldado francés cuando entraba una de las columnas del ejército francés a la villa de Huatusco:
“Entramos en el pueblo el 2 de agosto a las 12 horas y media (1863). Hemos tenido que lamentar una sola baja en la expedición, la del sargento Copain, que murió de insolación antes de llegar a San Jerónimo (Zentla) ayer. Este joven inteligente y culto iba a ser ascendido a oficial. Los moradores de Huatusco que se han quedado, pocos a decir verdad, dicen que tenían deseos de resistir el ataque pero cuando se supo que éramos las mismas tropas de las del combate del 30 de abril en Camarón empezaron a gritar: “Sálvese quien pueda! Pues no queremos pelear con ellas, cuesta demasiado caro”
Para el año de 1865 la Villa de Huatusco se encontraba bajo el poder de los imperialistas franceses, la guarnición se encontraba al mando de don Victoriano Carrion, sin embargo, los liberales huatusqueños no cejaban en su empeño de lucha por desalojar a los invasores de modo que el 29 de Septiembre el jefe de guerrilleros don Manuel Marrero atacó la plaza apoderándose de ella, de dicho encuentro resultaron muertos don Cristóbal Chicuellar y el sargento Morales, ambos de la guarnición imperialista.
Don Manuel Marrero permaneció en Huatusco hasta el día 24 de Octubre, ya que en esa fecha una nueva incursión de la Legión Extranjera se acercó para batir a los mexicanos, en esta ocasión era una fuerza de caballería de húsares austro-húngaros al mando del Capitán Kalmuki quien persiguió a los liberales que se dirigieron  rumbo a la congregación de Tepecingo, al ver la superioridad numérica del enemigo y viendo que estaban a punto de alcanzarlos don Francisco Marrero, hermano del jefe de la guerrilla, tuvo un gesto lleno de heroísmo y valor ya que llegando al punto denominado Tlaxopa le dijo a sus compañeros que avanzaran y el solo detuvo el avance de la tropa enemiga.
Dicho gesto le costó la vida, sus compañeros se salvaron pero don Francisco Marrero quedo allí, acribillado de balas y heridas de sable, su montura corrió la misma suerte. Don Ismael Sehara en su libro de historia sobre Huatusco nos cuenta que el cadáver del guerrillero fue conducido a la población y entregado a su familia en medio del más respetuoso silencio por parte de los imperialistas.
No olvidemos que en la casa de Doña Juana Marrero, hermana de don Manuel y don Francisco, había sido cuidado y atendido generosamente el teniente Clement Maudet después de haber resultado herido en la batalla de Camarón, aun cuando a causa de sus heridas había muerto el 8 de mayo de 1863.
Así nos lo narra en su libro el Gral. M. Pennet:
Doña Juana Marrero viuda de Gómez, dos jefes liberales que acababan de luchar contra los legionarios en el combate de Camarón, los hermanos de doña Juana –“Mamá Juana”, como la llamaban en Huatusco- lleváronle al teniente Maudet, mal herido de dos disparos, uno al muslo derecho y otro en la cadera. Doña Juana prodigó sus atenciones y cuidados al herido y lo ayudo a “bien morir”, no sin que el oficial francés haya escrito sobre una hoja de papel: “Había yo dejado una madre en Francia, encontré otra en México”.- Cuando Manuel Marrero (el autor de este texto menciona a don Manuel y no a Francisco) murió en un encuentro cerca de Huatusco el 24 de Octubre de 1865, dos oficiales franceses llevaron su cuerpo a su hermana mayor, le rindieron los honores militares y desaparecieron.
El retrato de Doña Juana Marrero se encuentra al lado del retrato del subteniente Maudet en el museo de la Legión extranjera. Todos los legionarios la llaman la “Dama del gran corazón”.
Otra versión sobre el mismo asunto nos lo dejó don Filiberto Muñoz en sus documentos:
Nos dice este autor que en la evacuación de esta ciudad que los liberales tuvieron que hacer violentados por la sorpresa perdió la vida el señor Francisco Marrero, hombre de gran valor personal.
Este señor que era uno de los jefes de las fuerzas liberales, dotado de gran serenidad quiso cubrir la retaguardia para contener el avance de los franceses mientras los liberales se ponían a salvo y con tal motivo, habiendo sido herido el caballo que montaba se vio forzado a combatir enteramente solo contra la fuerza enemiga.
Acribillado a balazos sucumbió cayendo en poder de los imperialistas que le dieron sepultura en aquellos momentos en la congregación citada y Huatusco deploro aquel sacrificio.
La finada señora Juana Marrero de Gómez, que por su caridad gozó de gran estimación en esta Ciudad, acompañada de otras damas de la localidad, se presentó al jefe francés pidiéndole permiso para exhumar el cadáver de su hermano y darle sepultura como se consiguió después de celebradas sus honras fúnebres en medio de un sentimiento de dolor incontenible.
Como haya sido, el 24 de octubre conmemoramos la pérdida de uno de los hombres más valientes que ha dado esta tierra, que a pesar de haber podido vivir una vida cómoda y tranquila puesto que pertenecía a una familia acomodada, prefirió tomar las armas y vivir perseguido en aras de la libertad de esta hermosa tierra.
En la calle 1 sur de esta Ciudad, adherida al muro de una farmacia se halla una modesta placa en honor de don Manuel Marrero, pero si usted analiza bien, vera que debajo de ese nombre aparece el del Francisco.
¡Poco homenaje para tan grandes hombres!

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