¿LAS LEYES SON LAS VÍAS POR LAS QUE TRANSITA VERACRUZ?
Por: Maricarmen García Elías.
Retomé
este título para mi columna porque recuerdo que a principios de la
segunda semana de febrero del año pasado, esta nota fue la de ocho
columnas en los medios de comunicación, “Las leyes son las vías por las que transita Veracruz”, sonaba rimbombante la frase.
Incluso
en teoría suena bien el título, pero en la práctica dista mucho de la
realidad, lo comenté también en la columna de aquella semana y lo
reiteró, porque no creo que las leyes sean las vías por las que transita
el Estado, si eso fuera no habría tanta impunidad, al
menos para los animales que sufren un maltrato constante tanto en casa
como en nombre de las tradiciones que año con año se celebran, por
ejemplo las Fiestas de la Candelaria en Tlacotalpan.
Qué
espectáculo tan salvaje y lleno de barbarie dio Tlacotalpan, este año
fue peor que otros y quedó evidenciado a nivel internacional, los toros
sangraron e incluso uno de ellos murió ahogado, las tomas de la gente
halándolos en el río parecen de cavernícolas, en las redes sociales y en
la prensa local, nacional e internacional se criticó esto, pero
pareciera que a las autoridades no les llama la atención esta situación,
creen que con traer artistas “ de primer nivel” la imagen turística del
lugar se eleva. ¿Por qué no dialogan con las
asociaciones protectoras y escuchan como sucedió en Teocelo otras
opciones de diversión y turismo pero que no sea a costa del maltrato a
los animales?
En
fin, que un año más y el gobierno estatal no detiene esta crueldad
contra los animales a pesar de existir una ley que debería protegerlos. Quienes
queremos un Estado y un país libre de violencia, no podemos permanecer
inertes, por eso desde hace muchos años se lucha por erradicar esta
barbarie a través de desplegados, manifestaciones, entrevistas y
columnas periodísticas y reuniones con autoridades.
Hoy,
nuevamente la sangre de toros cebú vuelve a empañar los festejos del
pueblo tlacotalpeño y a su cultura. Hoy, nuevamente se pretende fomentar
el “turismo” a partir del sufrimiento de seres vivos indefensos,
sustentándose en una presunta tradición que lacera el sentir de miles de
veracruzanos y visitantes de esta tierra, al ser ellos respetuosos y
sensibles respecto a todas las manifestaciones de la Creación y a los
derechos de aquellos que no tienen voz, pero sienten y sufren igual que
cualquiera de nosotros: los animales.
Es
incongruente que las políticas públicas de Cultura y Turismo del Estado
fomenten la barbarie, mostrando así nulo respeto por la vida. No se
está contra la realización de las fiestas en honor de la Virgen de la
Candelaria ni en contra del programa artístico y cultural que durante la
celebración se lleva a cabo y claro que existe total respeto hacia la
religiosidad del pueblo de Tlacotalpan, así como hacia los tlacotalpeños
mismos. Esta ciudad tiene belleza y
en 1998 fue designada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la
Humanidad por su valor arquitectónico, por otro lado es una ciudad que
ha sufrido inundaciones, sus habitantes conocen el dolor, ¿cómo no
solidarizarse con estos toros que también conocen el dolor y lo que es ahogarse?
La única pretensión es denunciar esta práctica
bárbara y denigrante, no solamente para los animales sino también para
los seres humanos, porque creemos que tanto aquellos que maltratan a los
toros como quienes presencian tan deleznable “espectáculo”,
especialmente los niños, lo único que logran es dañar irremediablemente
su condición de seres sensibles, dotados de un alma que en su estado
primigenio, creemos, es noble.
También es prudente hacer un llamado
a la Iglesia Católica para que no fomente tal crueldad hacia los
animales en el marco de una de sus fiestas patronales. Nos parece una
enorme incongruencia que el maltrato y la barbarie sean protagonistas de
un festejo en honor de una imagen sagrada y venerada como lo es la
Virgen, cuya esencia está asociada desde hace siglos con la virtud y la
benevolencia, incluso hay santos que protegen a los animales como San
Francisco de Asís que domesticó un lobo, San Lázaro a quien los perros
callejeros acompañaban lamiendo sus heridas de lepra y desde entonces su
imagen no falta en los albergues de protección animal, el mismo Jesús
quien dirige mensajes de amor y respeto a los animales en algunas partes
de la Biblia .
Una
vez más, apelamos a la sensibilidad de las autoridades estatales y
locales para que hagan valer la ley respetando a los animales, lo que
pedimos es: Tlacotalpan 2014, ¡Fiesta, sí; Embalse, NO! No desistiremos
hasta que nuestra petición se cumpla. gaem80@gmail.com
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