Profesor Rafael Ochoa Guzmán
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En torno al
pasado, no tengo nada que decir. Como dirigente, cumplí cabalmente con la
honrosa responsabilidad que me confirieron los maestros, acción que me mereció
retirarme en el 2011 con el aplauso unánime de los consejales. Es una página de
la historia que siempre llevaré en el corazón. Hoy, estoy aquí, porque
Movimiento Ciudadano representa un proyecto de futuro, porque comparto sus
principios y porque aquí también caben todos los trabajadores, los productores,
los maestros, los ciudadanos comprometidos con México.
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Para avanzar en
la construcción de un país más desarrollado, justo, democrático y libre, hay
que ver hacia adelante, no tener la vista puesta en el espejo retrovisor.
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Mi adhesión a Movimiento
Ciudadano es una decisión personal, que obedece a la convicción para ejercer
plenamente mis derechos y libertades políticas y a la convicción de que desde
aquí puedo y quiero desplegar esfuerzos a favor del fortalecimiento de la
democracia en nuestro país.
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Lograr la
consolidación de la democracia en México, no sólo es responsabilidad de las
instituciones políticas (Congreso, Gobierno, partidos políticos); requiere de
una intensa participación voluntaria, consciente y responsable de los
ciudadanos.
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Mi participación
en Movimiento Ciudadano, se explica por el clima de libertad, de democracia y
de solidaridad, que le caracterizan. Se trata de una organización abierta e
incluyente, donde cabemos todos por el solo hecho de ser ciudadanos.
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En este sentido,
uno de mis compromisos consiste en fomentar una intensa participación en dos
direcciones fundamentales:
ü
El ejercicio
pleno del derecho ciudadano al voto como mecanismo para integrar la
representación de la sociedad y, una vez
constituidos los órganos de gobierno,
ü
Impulsar la
apertura de nuevos causes de participación de trabajadores, productores y de la
sociedad civil tanto para hacerse presente en la toma de decisiones como en la
exigencia de la transparencia y la rendición de cuentas a los poderes
constituidos.
II
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Me sumo a
Movimiento ciudadano, entre otras razones, porque sobre la base del acato de
los derechos y las obligaciones previstas por la Constitución; privilegia los
procesos electorales –y no otra vía– como sustento básico de nuestro régimen
democrático.
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Es una formación
política donde se respeta plenamente la libertad, se fomenta la
responsabilidad, la tolerancia, la solidaridad, la justicia, el diálogo y el
acuerdo como componentes esenciales de la democracia.
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Coincido
completamente con el cambio político que exige la ciudadanía, principalmente
porque durante los últimos cuatro décadas ha habido una conducción errática del
país.
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Participo en un
proyecto que tiene como objetivo central la edificación de una democracia y un
gobierno realmente eficaz.
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Suscribo
totalmente la agenda de desarrollo social que abandera Movimiento Ciudadano:
recuperar la paz social, combatir la inseguridad, revertir el deterioro de los
ingresos de las y los trabajadores, erradicar el desempleo, atacar las causas
de la desigualdad y la pobreza, mejorar la calidad de la educación, tener un
sistema de salud de clase mundial, combatir la discriminación, etcétera.
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Estoy de acuerdo,
igualmente, con el planteamiento de cambiar el modelo económico neoliberal por
un nuevo paradigma que garantice: un crecimiento económico sostenible, la
generación de empleos decentes y el pago de salarios dignos, la reactivación
productiva de la planta industrial y agropecuaria, modernice la infraestructura
turística y de servicios, la redistribución equitativa de la riqueza, el
impulso de un desarrollo regional equilibrado, el respeto al medio ambiente,
así como la competitividad del país en el concierto de las economías más
desarrolladas del mundo.
·
En lo político me
asumo en todo su significado el imperativo de que los partidos políticos
efectivamente asuman la representación de los intereses colectivos de la
sociedad, las instituciones electorales realmente sean conducidas por
auténticos ciudadanos, la efectiva división de poderes, entre otros.
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De la misma
forma, estoy convencido de la urgencia de fortalecer el Estado de derecho,
acabar con la corrupción e impunidad, así como el ideal de afianzar una
convivencia social armónica y la gobernabilidad democrática del país.
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